EL PINCEL QUE TRAZÓ LOS ORÍGENES DEL THRASH ALEMÁN
PEDRO ALONSO
La música también entra por los ojos, o al menos entraba cuando aún cabía el factor sorpresa de sujetar un disco y adivinar su contenido atravesando visualmente la portada. Qué hubiera sido de Iron Maiden sin la maquinaria de Eddie ideada por Derek Riggs, de Judas Priest sin aquellas cubiertas que describían el ideario de todo un género musical o de Manowar o Kiss sin la emblemática firma de Ken Kelly.
Habría que retrotraerse a mediados de los ochenta y ubicarse geográficamente en el corazón de la entonces Alemania occidental y más concretamente en Berlín. De la factoría Noise nació buena parte tanto del metal alemán como del thrash europeo. Eran los tiempos de los casetes y los vinilos, y la compañía propiedad de Karl-U. Walterbach sabía que una imagen adecuada podía valer más que muchas canciones.
Sigue leyendo →